El gas licuado de petróleo, comúnmente conocido como GLP, actualmente es el combustible alternativo más utilizado del mundo, y va cogiendo fuerza frente a los combustibles tradicionales.
El GLP es un carburante formado por gas propano y butano que tiene gran facilidad para licuarse y convertirse en carburante para vehículos. La combinación más eficiente hasta el momento es la que utiliza un 70% de butano y 30% de propano.
En la actualidad se estima que hay más de 30 millones de vehículos en el mundo propulsados por este novedoso carburante, de los cuales, unos 10 millones se encuentran en Europa y más de 100.000 en España, en su gran mayoría taxis, autobuses urbanos o camiones de basura, aunque los vehículos particulares que lo utilizan son cada vez más.
Pero, ¿Por qué el GLP se está popularizando tanto en la actualidad? ¿Cuáles son sus ventajas?
Un combustible más ecológico
Un vehículo propulsado por GLP emite un 15% menos de dióxido de carbono y cerca de un 80% de óxidos de nitrógeno que un diésel. Además de emitir menos partículas. Es por ello que a los coches con GLP se les ha facilitado la etiqueta ECO de la DGT, que conlleva múltiples beneficios.
Mucho más económico
Pero sin duda alguna, uno de sus mayores atractivos es su coste, ya que, a nivel europeo, el precio del GLP es un 45% más barato que el de la gasolina o el diésel.
Su bajo precio se debe a que el excedente de GLP previsto a nivel mundial se estima entre 11 y 17 milones de toneladas. Además, se le aplican tasas fiscales bajas.
Un mantenimiento notablemente más barato
Debido al menor desgaste de los cilindros y segmentos del motor, los vehículos que utilizan GLP duplican la duración de su motor.
El gas, al ser más limpio, deja menos depósitos carbonosos en la combustión, lo que permite que el aceite del motor se mantenga limpio durante más tiempo.
Con respecto a los vehículos diésel, los de GLP tienen, por lo general, menos averías. Además, al carecer de elementos mecánicos complejos, son menos costosas. El mantenimiento de vehículos transformados se realiza cada 40.000 km
Mayor autonomía
Al instalar un segundo depósito para el GLP, un vehículo adaptado a autogás multiplica por dos su autonomía. El depósito de gasolina se mantiene inalterado, sin embargo, el conductor puede utilizar ambos combustibles por igual.
Cabe destacar que la autonomía media de un vehículo con GLP es de 500 kilómetros, y se multiplica al doble si también utilizamos gasolina.
Gran seguridad
El GLP cumple con toda la normativa que se exige a los carburantes. En cuanto a seguridad, el Real Automóvil Club de España (RACE), junto a otros clubes europeos, realizaron varias pruebas de choque e incendio con el objetivo de comprobar la seguridad de un vehículo de GLP y la prueba demostró un alto nivel de seguridad. El depósito, los soportes y el sistema de tubos de alimentación resistieron intactos.
